viernes, 19 de noviembre de 2010

Norma hay una sola.

De chico en mi barrio había una panadería que no tenia nombre. Simplemente era conocida como la panadería de Norma. Ella y sus hijas cocinaban toda la producción que vendían, además de atender el negocio. Me acuerdo que el local era oscuro y estoy muy seguro que si alguien que no lo conocía de antemano pasaba por enfrente no iba a tener interés alguno en entrar. Pobre ellos, por que las cosas dulces que hacia Norma no tenían ninguna falla. Facturas de todo tipo (como extraño las que tenían manzana y todavía no probé una crema pastelera tan rica), Pasta Frola, torta de ricota, alfajores de chocolate o de maicena, mantecados, escones y muchas otras cosas. Todo era TAN bueno. Tengo la imagen de estar fascinado y sentir la necesidad de pararme en puntitas de pie para poder llegar a ver que escondían las bandejas superiores (¿Qué tenia yo? ¿80 centímetros? ¿1 metro?)
Hace ya muchos años que Norma tuvo que cerrar por que no podía pagar el alquiler del local. Después de esto yo y mi familia compramos varias veces en las diversas panaderías que perduran en la zona, pero ninguna de ella se cerca ni un poco a la calidad de la de Norma.
Por suerte ella sigue produciendo. Hace empanadas de carne y tartitas de verdura por encargo (acá probo que todo lo relacionado con la cocina le sale bien). Con el paso del tiempo el conocimiento de la existencia de Norma se transformo en algo muy útil para los que hacen mucho que viven por acá.
Al mediodía, durante la semana, también hace menús diarios con diversas comidas (vianda creo que es la palabra indicada). Es por esto que surgió toda esta entrada. La semana pasada mi viejos se fueron de vacaciones y mi mama supuso que mi hermano y yo nos íbamos a mal alimentar (que desconfiada). Entonces tuvo la idea de encargarle comida a Norma por cinco días. Que idea TAN buena. Llegar de la facultad para encontrarse con comida casera, rica y abundante fue sin duda alguna lo mejor de la semana y me puso de muy buen humor (ni siquiera una contractura pudo cambiarlo). Pan de carne, puré, arroz con verduras, pollo, suflé de verdura, milanesas napolitanas, pescado, lasaña (en este caso tuve una excelente conexión mental con Norma, por que el día anterior había comentando lo buena que debía estar una lasaña hecha por ella) y mas.
Al final la comida de Norma, así como lo hicieron sus cosas dulces, me malcrían. Ahora se hace muy difícil comer con el mismo gusto de antes la comida de siempre (sin ofender ma).

4 comentarios:

  1. En definitiva: Norma, una grosa!

    Cuando quiera, que ponga una sucursal en mi barrio!jaja

    Saludos!!

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  2. Es la primera Norma con onda de la que escucho hablar.

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  3. Como me voy a olvidar de los copitos de dulce de leche!!

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  4. En realidad normas hay muchas, dado un conjunto A una norma P es una función de AxA que es siempre positiva, P(x) es cero sii x es cero, etc... uno puede definir muchas normas diferentes.

    Pero no creo que te refirieras a esa norma :P

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